Homer Simpson realiza las típicas funciones patriarcales del cabeza de familia en las telecomedias: se dedica a traer dinero a la casa y a descuidar los quehaceres domésticos a favor de los ociosos. Representa el estereotipo del estadounidense medio que se limita a ir al bar con sus amigos, beber cerveza, mirar la televisión y asistir a algún partido de béisbol. Su complexión física coincide con la de un hombre descuidado, derivada de su cultura gastronómica, pues tiene sobrepeso y roza el alcoholismo.[6] No tiene grandes ambiciones de futuro y acostumbra a relegar sus obligaciones familiares frente a sus intereses personales o a su creciente estupidez. Homer Simpson es probablemente el personaje con más peso de todo el elenco de personajes protagonistas y suele desencadenar la gran mayoría de las tramas y eventos de los capítulos de la serie con sus intenciones o propósitos maleables y variopintos.
Homer también encarna diversos estereotipos peyorativos de la clase obrera estadounidense: es grosero, incompetente, torpe, vago, desaliñado e irreflexivo. Sus rasgos más comunes de personalidad son la estupidez, la pereza, el egoísmo y una ira explosiva. Su bajo nivel de inteligencia es descrito por el director David Silverman como «creativamente brillante en su estupidez».[7] Homer muestra una inmensa pereza hacia el trabajo, tiene sobrepeso y «se dedica a su estómago»
Homero trabaja de 9 de la mañana a 5 de la tarde en la planta de energía nuclear de Springfield, en el sector 7-G como inspector de seguridad. En las temporadas más recientes se le ha retratado más intentando triunfar en otros empleos, por lo que últimamente su asistencia a su puesto en la central nuclear se ha convertido en un gag recurrente. Las demás horas las combina pasándolas o bien con sus amigos o bien con su familia. Pasa buena parte de sus ratos libres en la taberna de Moe con sus viejos amigos Barney Gumble, Carl Carlson, Lenny Leonard y el barmanMoe Szyslak. En casa no suele ayudar con las tareas domésticas ni prestar excesiva atención a sus hijos, prefiere pasar el tiempo sentado en el sofá, mirando algún programa de televisión y comiendo dónuts, snacks, productos derivados del cerdo y cervezas de la marca Duff. En esporádicas ocasiones, Homer realiza los trabajos más pesados de la casa, generalmente bricolaje y mantenimiento, pero generalmente los deja a medias o con resultados muy pobres. En cualquier caso, el matrimonio protagonista refleja tener una vida sexual plena y activa, especialmente por las noches y en las ocasiones que dejan sus hijos al cuidado de algún familiar o niñera para hacer algún viaje. La mayoría de los fines de semana los acostumbra a dedicar a hacer alguna actividad con toda la familia, que deciden a lo largo de la semana.
La salud de Homer es bastante precaria. En una ocasión llegó a subir de peso hasta 136 kg sólo para evitar ir al trabajo. Ha roto casi cada hueso de su cuerpo, ha sido blanco de disparos de bala y de cañón,[17] víctima de ataques cardíacos y ha recibido cortes y heridas incontables. Homer es estéril debido a la exposición prolongada a materiales tóxicos en la Central Nuclear de Springfield. Además, tiene sólo un riñón, pues el otro fue trasplantado a su padre, Abraham Simpson.[18]
Homer también sufre de varios problemas congénitos, el más obvio es la alopecia masculina, pero también el gen de la estupidez masculina de los Simpson,[19] un olor corporal que, con el tiempo, se alude menos, dedos anormalmente cortos y gruesos y el «trasero Simpson» que es genético. Homer también parece tener ligeros problemas de visión, requiriendo gafas para leer en algunas ocasiones.

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